lunes, 5 de mayo de 2014

El origen de la escuela primaria en Argentina



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Las presidencias históricas
Se conoce con este nombre a las presidencias de Mitre, Sarmiento y Avellaneda. Período 1862- 1880.
Se caracterizaron por ser las fundadoras del estado argentino.
Contribuyeron a un proyecto común que las identificaba, organizando y modelando el modo de vida argentino y las instituciones del estado. Tres finalidades claras: “Nación, Constitución y Libertad”
Los tres presidentes, con sus diferencias personales, de estilos y de poder, tuvieron un claro objetivo común para Argentina: la civilización sobre la barbarie.

Para lograr sus finalidades tomaron muchas medidas, entre ellas:
*        Organización del ejército
*        Organización del poder judicial
*        Sanción del Código de comercio y del Código Civil
*        Funcionamiento de las aduanas y las rentas nacionales
*        Unificación de la moneda
*        Fomento de la inmigración
*        Ampliación de las fronteras sobre los territorios indios
*        Construcción de caminos y puentes
*        Fomento de la educación
*        Creación de escuelas en los diversos niveles de educación
Generalmente se acepta que fue Sarmiento (presidencia: 1868 – 1874) el que centró la mayor parte de su esfuerzo gubernativo en la promoción de la educación, bajo el ministerio de Nicolás Avellaneda.
Algunas acciones:
*Mediante la Ley de Subvenciones de 1871 –que asignaba a la educación pública las herencias sin sucesión directa y un octavo de las ventas de tierras públicas– garantizó los fondos para la creación de nuevas escuelas y la compra de materiales y libros. Durante su mandato, y con apoyo nacional, las provincias fundaron unas 800 escuelas de primeras letras
*A fin de garantizar la educación primaria, trajo desde los EEUU  61 maestras primarias. Creó las primeras escuelas normales, tomando como ejemplo la Escuela Normal de Paraná.
*Fundó Colegios Nacionales
*Creó la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares y la Biblioteca Nacional de Maestros.

GENERACIÓN DEL 80
A las presidencias históricas sucedió la Generación del 80. Fue continuadora; supo aprovechas la conclusión de las crisis políticas y la superación de los avatares de la economía. La superación de estos escollos previos dio paso a que en la sociedad dominara el optimismo y el convencimiento de que un futuro generoso esperaba a Argentina en los años venideros.
Creyeron en un destino de progreso indefinido para el país y la humanidad; simbolizaban su pensamiento y su actuación con el lema de Comte “Orden y Progreso”. Con similar contenido, J.A. Roca pone como lema de sus presidencias “Paz y Administración”
Entre las ideas que sostenían:…
…el enfrentamiento entre civilización y barbarie (Sarmiento)
…la idea de que “gobernar es poblar” (Alberdi)
... la idea de que había que liberarse de “lastres” que ataban al pasado (Echeverría; en referencia a la Iglesia )

*Creación del Consejo Nacional de Educación
*Convocatoria al Congreso Pedagógico Nacional, que habría de estudiar el estado de la educación y de la legislación
*Ley 1420 (año 1884)

Sobre la Ley 1420
La ley de Educación Común 1420 fue la piedra basal del sistema educativo nacional. Se aprobó el 8 de julio de 1884, después de fuertes debates en el Congreso Nacional y en la prensa.
La discusión acerca de la ley de la educación fue uno de los debates más intensos, y de largo alcance, en la historia Argentina. Distintos puntos de vista en torno a la enseñanza religiosa, a la escuela mixta y al control del Estado (y de la nación) sobre la educación dividieron a la generación del ochenta. Las divergencias fundamentales se centraron en la identificación común de la necesidad de una ley de educación, la gratuidad y obligatoriedad de la escuela.
En 1883, el Congreso comenzó a discutir un proyecto mediante una iniciativa apoyada por los católicos desde la Comisión de Justicia, Culto e Instrucción, presentada a las Cámaras por Mariano Demaría. Después de un largo debate en el que intervinieron entre otros Eduardo Wilde, ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública, Onésimo Leguizamón y Tristán Achaval Rodríguez, el proyecto fue rechazado. Inmediatamente la mayoría liberal del Congreso presentó otro alternativo, el que fue aprobado con algunas modificaciones.
Uno de los temas más debatidos de la propuesta inicial consistió en la inclusión de contenidos religiosos en los programas escolares. Existían opiniones contrapuestas acerca del papel de la Iglesia en la sociedad y el Estado. Los liberales impulsaron un programa secularizador, por el cual la Iglesia católica perdió parte de sus potestades en cuanto al registro civil, la educación y el matrimonio. En ese marco, la religión en las escuelas fue el nudo del debate. Finalmente, la ley aprobada no hizo mención al carácter laico de la educación pero la instrucción religiosa quedó en calidad de optativa, con autorización de los padres, y dictada fuera del horario escolar.
Otro punto de discusión radicó en la capacidad del Congreso para legislar en lo atinente a la instrucción pública en toda la república, según preveía el proyecto presentado por la Comisión. Primó la posición de algunos legisladores, quienes sostenían que el Congreso sólo podía dictar leyes generales en lo relativo a la educación, resolviendo sólo sobre la ley de educación para la capital, los territorios y las colonias nacionales. El Estado nacional limitaría su influencia a las escuelas de la Capital, colonias y territorios nacionales y en las escuelas normales, dejando a los gobiernos provinciales la facultad de dictar sus propias leyes de educación. Sin embargo, el gobierno nacional a través de las subvenciones a las escuelas en las provincias tenía autoridad para inspeccionarlas. Las autoridades educativas nacionales realizaron persistentes esfuerzos por establecer líneas de acción en las provincias concordantes con las directivas nacionales.
La ley aprobada estableció la instrucción primaria obligatoria, gratuita y gradual. La obligatoriedad suponía la existencia de la escuela pública al alcance de todos los niños, medio para el acceso a un conjunto mínimo de conocimientos, también estipulados por ley. Los padres estaban obligados a dar educación a sus hijos. Por último, la formación de maestros, el financiamiento de las escuelas públicas y el control de la educación –privada o pública- quedó en manos del Estado. No obstante, la sociedad tenía a través de los llamados distritos escolares en los que participaban padres de familia (elegidos por el Consejo Nacional de Educación), la facultad de inspeccionar la calidad, higiene y cumplimiento de las leyes en las escuelas.
En las décadas siguientes, la ley se convertirá en una divisoria de aguas de los sucesivos enfrentamientos ideológicos que atravesaron la opinión en el país. La posición crítica o defensiva ante la ley será uno de los puntos que demarcarán las corrientes de ideas antagónicas. Sin embargo, a lo largo de más de un siglo, el significado social y político de la ley varió en sintonía con los cambios en el escenario político y los debates ideológicos.

1 comentario:

  1. Hola Profee! Me puede dar su email así le envío los trabajos, Gracias! Florencia Martínez

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